Estereotipos
Un estereotipo es un esquema de pensamiento, normalmente equivocado, exagerado o injusto, y en todo caso irracional, que una persona o personas imponen a otro grupo de personas, formando una imagen basada en una creencia fija que se acepta sin más sobre otros. Según Rebecca Cook, especialista en derechos humanos internacionales y cuestiones de género, constituyen una enfermedad social.
Comúnmente también se le llama etiqueta, tópico, cliché, y lugar común.
Pueden ser sociales (ricos ladrones, pobre sucios, buen barrio igual a gente guai…), religiosos (cristianos explotadores, musulmanes moros intransigentes…), étnicos (rumanos ladrones, negros vagos, judíos avaros), sexuales y de género (hombres agresivos y valientes,, mujeres sumisas y dependientes, tíos aprovechados, rubias tontas), territoriales (los de Lepe son tontos, los madrileños chulos, los catalanes agarrados)…
Los clichés o estereotipos llevan a los prejuicios, y éstos a la discriminación.
La publicidad incide mucho y explota estereotipos y prejuicios de todo tipo. La educación también influye de forma a veces decisiva.
Existen estereotipos sobre todo tipo de personas: Todos los-as hombres-mujeres son iguales, los niños son ignorantes y poco menos que idiotas, los gays y lesbianas son depravados…
El estereotipo de la edad
Sea cual sea la edad que una persona tenga, numerosas personas de edad inferior a ellas la ven como vieja. Esto puede ocurrir prácticamente a cualquier edad, incluida la niñez, aunque conforme van pasando los años, ven aumentando las posibilidades de caer en este tipo de discriminación. Hasta llegar a los cuarenta, cincuenta, sesenta en que se es incluido de lleno en el cliché de la persona mayor, anciana o vieja. El estereotipo de persona mayor, afecta no sólo a la forma en que los individuos más jóvenes perciben e interactúan con los mayores, también influye en la forma en que estos mayores se ven y comportan.
El viejismo
A finales de los años sesenta del siglo pasado, comenzó a acuñarse este término a partir del término inglés ageism para referirse a “un proceso de elaboración de estereotipos y discriminación sistemática contra las personas debido a que son mayores, del mismo modo que el racismo y el sexismo, lo hacen con el con el color de la piel y el género”
Dado que las expectativas e ideas preconcebidas influyen en la conducta, los tópicos y clichés que uno tenga sobre los mayores producen expectativas inamovibles acerca de lo que harán o serán, actitudes estas conocidas también como juicios previos o pre-juicios.
Y así, los mayores serán improductivos, permanentemente enfermos, deprimidos, tristes, infelices, iguales, sexualmente discapacitados, dependientes, aislados socialmente, con deterioros mentales y demencias, difíciles de tratar, hoscos, huraños… Bastante de esto lo rebatimos en los artículos previos “Mitos sobre la edad y el envejecimiento” y “El envejecimiento se puede revertir“.
Los mencionados tópicos y prejuicios produce consecuencias que afectan negativamente la salud y el bienestar de las personas afectadas, resultando a menudo como profecías autocumplidas.
Así, un estudio realizado por investigadores de Escuela Davis de Gerontología, de la Universidad del Sur de California, en que se realizaron pruebas de memoria en adultos entre 59 y 79 años. Un grupo de participantes leyó noticias falsas acerca de la pérdida de memoria en personas mayores mientras que el otro no lo leyó. El equipo descubrió que los sujetos que tuvieron que hacer frente a los estereotipos relacionados con la edad por medio de las noticias falsas se desempeñaron peor que los que no las leyeron.
“Los adultos mayores deben tener cuidado de no caer en estereotipos negativos sobre el envejecimiento que pueden empeorar los problemas de memoria”, dijo la autora Sarah Barber.
Hay una enorme diferencia entre decir: «Estoy demasiado cansado para hacer eso» y decir: «Soy demasiado viejo para hacer eso.» La primera afirmación transmite un mensaje subliminal de que las cosas mejorarán; si estás demasiado cansado ahora, tu energía volverá y más tarde no estarás cansado. Ser demasiado viejo suena mucho más definitivo. Por otra parte, ocurre muy a menudo que si una persona joven dice estar cansada, es consecuencia del ejercicio o de otras causas similares. Si lo dice una persona que es mayor que a quien se lo diga, es consecuencia de la edad.
Las páginas de las revistas y las pantallas de televisión están llenas de cuerpos jóvenes y hermosos. A juzgar por la publicidad masiva, estamos en un paraíso habitado por menores de 30 años, de piel perpetuamente bronceada, músculos esbeltos y sonrisas de éxtasis.
Pero la imagen del país de la eterna juventud está en grave desacuerdo con la realidad: en el estado español hay más personas mayores de 65 años que adolescentes. Y en el resto del mundo desarrollado las cifras son similares.
Mientras que en 1900 existían 15 personas mayores (65 o más años) por cada cien jóvenes (menores de 15) son más de 117 las existentes en el Censo de 2001
Aunque ahora los mayores de 65 años entran en la madurez más saludables que nunca, aún presentan una imagen de incompetentes, inflexibles, atados al pasado, asexuados, no creativos, pobres, enfermos y lentos.
Qué hacer
Obviamente, unas políticas sociales en contra del viejísimo, y unas actitudes menos discriminatorias y sin tantos prejuicios por parte de instituciones, políticos, administraciones y organismos globales, podría mejorar notablemente esta situación. Pero esto parece como pedir que nieve en el sol.
La organización de los grupos de edad como comunidades de intereses, ya solas o coordinadas con otras asociaciones contra la discriminación, podría ser mucho más fructífero si se enfoca adecuadamente que esperar por gobiernos e instituciones.
Todo lo anterior sobrepasa lo que desde Serenade podemos enfrentar. Veamos algunas cosas más cercanas.
Mantenerse físicamente activo puede ser uno de los métodos más eficaces. Una de las evidencias más convincentes proviene de la Universidad de California, Irvine , donde investigaron si algo como una sola sesión de ejercicio puede tener un impacto positivo sobre la memoria. Descubrieron que la actividad física mejora la memoria, incluso en participantes con deterioro cognitivo leve.
Los ejercicios específicamente rejuvenecedores, como los de Kelder, el Qigong, la meditación y la relajación contribuyen netamente a mantenerte en forma, sea cual sea tu edad, y a poder responder por ti mismo y ser independiente.
Enlaces relacionados
En español:
Estereotipos sobre la edad
Los estereotipos asociados a la edad y el efecto pigmalión
En inglés:
Aging Stereotypes Could Hurt Memory [traducción]
10 STEREOTYPES ABOUT AGING (THAT JUST AREN’T TRUE) [traducción]
University of Southern California Search results about “stereotypes of aging” [traducción]